sábado, 14 de septiembre de 2024

AYNA, LETUR Y LIETOR


Como castellano manchegos nos sentimos comprometidos con conocer nuestra región y esta vez nos hemos dirigido hacia varios pueblos de la Sierra del Segura y surcados por los ríos Mundo y Segura: Ayna, Letur y Lietor.

AYNA


Nuestro lugar de alojamiento y, desde donde iniciamos las diferentes rutas, fue Ayna, conocida por ser elegida por José Luis Cuerda como escenario de la película “Amanece que no es poco”. 


Tanto el pueblo como el paisaje que lo rodea nos resultó muy interesante. El pueblo está enclavado en un lugar abrupto, sobre una garganta que forma el río Mundo, por eso se la conoce como la Suiza manchega, por estar situada entre rocas.
Ayna, tiene un entramado de calles muy estrechas, empinadas y serpenteantes,  adaptadas al paisaje rocoso y que dan fe de su origen árabe.





Además de recorrer sus calles subimos a la cueva de los moros y al balcón de las Mayas que se enclava junto a los restos del castillo de la Yedra. Desde este lugar estratégico se divisa todo el valle. Los musulmanes construyeron esta fortificación (S. XII) aprovechando las aberturas naturales de la roca que forma callejones cubiertos.





La Parroquia de Santa María de lo Alto acoge la imagen de la Virgen del mismo nombre y como el pueblo había estado de fiestas recientemente la imagen aparecía por todas partes engalanando fachadas.



No pudimos ver la ermita de los remedios pues según rezaba un cartel en la puerta solo se abre los fines de semana y la oficina de turismo estaba cerrada también.
Como hemos comentado las fiestas habían terminado unos días antes y el pueblo tenía todavía, por todos lados, las barreras que utiliza para los encierros de los toros y la plaza Mayor cubierta de arena. Por lo visto los encierros son una gran tradición en todos los pueblos de la zona.


Los paseos, como el del llamado el rincón de La Toba con sus acequias de agua que provienen de un manantial, son agradables. Se accede por un paseo junto a las piscinas municipales. 


Es imprescindible dar un paseo por la ribera del Río Mundo. Se puede bajar  por varios puntos. Nosotros bajamos desde el mirador que se encuentra en el centro del pueblo hasta la pista forestal que va al borde del río y dimos largos paseos a izquierda y derecha, cruzando después el río por el puente de la Chorreras y luego hacia el puente de la carretera de Elche de la Sierra.
En el paseo vimos los bancales, escenarios de la película Amanece que no es poco.


Y sobre todo disfrutamos del paisaje al pie del monte de los Picarzos, la cascada del arroyo de la Toba, pozas y remansos del agua, y de la flora y fauna.

 



 

  















Desde varios miradores como el Mirador del Diablo o el mirador de Los Infiernos las vistas del entorno son espectaculares.





LETUR


Otro día nos acercamos a Letur.

Letur está ubicado sobre un cerro sobre varios fértiles valles. El legado andalusí le ha aportado belleza y personalidad a la peculiar estructura urbana de Letur, atravesada por acequias de riego, arroyos y fuentes. Nos sorprendió la cantidad de agua, de manantiales y su sistema de regadío.
Nada más llegar nos recibió la Fuente de los músicos y los jardines del Maestro Fernando.



 




Pasamos luego al Charco de los Canales, una piscina natural que ocupa una poza del arroyo del río.

 


 
Por el arco de las Moreras (parte del antiguo acueducto que conducía el agua hasta la población) accedimos a la calle de los molinos y a la plaza de la iglesia. En la calle de los molinos se encuentran escalonados varios molinos de agua.



 
  

En la plaza se alza la Iglesia de la Asunción que fue construida en el siglo XVI bajo el impulso de la Orden de Santiago. Es de estilo gótico y renacentista y nos encantó su interior .






En la misma plaza se encuentra el Ayuntamiento, un edificio renacentista del siglo XVI de dos plantas.



En Letur hay que pasear sus calles sin prisa para disfrutar de sus encantadores rincones, sus calles empedradas y laberínticas y sus portales, que son ejemplo de la arquitectura islámica.

 



 


 




La Puerta del Sol es uno de los arcos más emblemáticos de Letur ya que era una puerta de entrada al recinto amurallado. 




Desde esta puerta nos dirigimos al Charco Pataco. Un precioso paseo por un sendero junto a una acequia, que lleva el agua hasta los bancales, para llegar a la poza y la cascada que se forma en este espacio singular "donde habitan las hadas".









Subimos de nuevo al pueblo para seguir recorriendo las calles, ver la ermita del Alto de la Concepción  y llegar al Mirador de La Molatica, un balcón natural situado sobre el peñón donde se asienta el pueblo  y desde donde se tienen unas vistas de todo el entorno que rodea la villa.




Después de comer nos dirigimos por una pista hacia la Ruta de la cascada, un bonito salto de agua que se encuentra en el cauce del arroyo de Letur.



El arroyo de Letur nace cerca de esta población, en la sierra de Estepares y desemboca en el río Segura. 




LIETOR


El tercer día visitamos Lietor. Llegamos justo a la Plaza Mayor y lo primero que nos recibió fue la fuente del Pilar, una construcción del siglo XVII con 3 caños y unos azulejos en los que se representan escenas de El Quijote. Además, se encuentra bajo un bonito balcón de madera de una casa antigua.



En la Plaza Mayor  se encuentra la oficina de turismo y lo mejor para conocer Lietor es contratar la visita guiada. Por 5 euros bien merece la pena entrar en todos los lugares más interesante que ofrece la población. 



Iniciamos el paseo hasta la Ermita de Nuestra Señora de Belén, un autentico regalo para la vista con sus llamativas pinturas murales que están considerados como la mejor colección de pintura popular del siglo XVIII a nivel nacional. Esta originalidad le ha valido también para ser uno de los escenarios de la película "Amanece que no es poco".






 
Visitamos después la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, un sencillo edificio religioso del siglo XVIII, con fachada de estilo neoclásico, que destaca por el trampantojo del altar mayor, la capilla de la Virgen del Espino y el órgano barroco. 








En la sacristía está el museo con muestras de arte sacro, etnología y arqueología.



Continua la visita por las calles del barrio morisco, pasando por la plaza de los condes donde destacan las casas señoriales de los Tobarra o de los Martinez Galera ( tienen jornadas de puertas abiertas durante el ultimo fin de semana de mayo y el primero de junio).





Llegamos al mirador del Lietor, un balcón formado por unas pasarelas sobre el barranco del río Mundo y que permite apreciar el entorno natural que forma su cauce alrededor de Liétor. Allí se encuentra también una tirolina que tiene fama de ser la más grande de Europa.




Otra de las cosas que visitamos fue el 
antiguo convento de frailes carmelitas de San Juan de la Cruz (s. XVII), de estilo barroco que alberga una imagen de Salcillo de la Virgen del Carmen, patrona del pueblo.
La iglesia del convento esconde bajo su altar mayor uno de los lugares más misteriosos y curiosos de Liétor: la cripta de las momias incorruptas.
En esta iglesia hay otro órgano que se hizo para reemplazar al primitivo e histórico que se llevo a la iglesia parroquial y que permitiera interpretar otro tipo de composiciones más modernas.
La música de órgano se ha fijado en la memoria colectiva del pueblo letuario desde hace alrededor de siete siglos y sigue su tradición con su ciclo de conciertos, declarados de interés turístico y que se desarrolla los dos últimos sábados de mayo y los dos primeros de junio.
Durante la visita lo escuchamos en directo gracias a un sistema de digitalización que mueve las teclas.




 




Junto al convento está el antiguo lavadero El Ramblón. Es curioso ver las pilas en las que se lavaba la ropa con las aguas del arroyo que cruza el pueblo hasta los años 80.













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