lunes, 25 de julio de 2022

CANTABRIA

El slogan que la comunidad cántabra tiene es "Cantabria infinita" y para nosotros lo ha sido en este viaje ya que no hemos tenido tiempo de visitar todos los lugares que teníamos pensado  y eso que era la segunda vez que la visitábamos. También es verdad que hemos vuelto a recorrer muchos de los pueblos que ya conocíamos porque teníamos un buen recuerdo de ellos.

LERMA

Como desde nuestro lugar de residencia hasta Cantabria hay casi 6 horas de viaje y tuvimos algunas retenciones en el camino, hicimos un descanso en Lerma, ciudad que merece que se la dedique unas cuantas horas para conocer su rico patrimonio.
Lerma tuvo su gran desarrollo patrimonial a principio del siglo XVII, coincidiendo con la época en que el Duque de Lerma fue valido del rey Felipe III.
El centro histórico de Lerma se extiende sobre las laderas de una colina y conserva algunos rincones del primitivo recinto medieval, como la antigua plaza de la Villa, con sus soportales, o el Arco de la Cárcel, puerta principal de entrada por la que fuera su muralla.


Enseguida se da con la Iglesia Colegial de San Pedro, de estilo herreriano a la que el duque llegaba desde el Palacio Ducal a través de un corredor conocido como pasadizo ducal y que atraviesa diferentes plazas.




Otro rincón destacado es la Plaza de Santa Clara en la que se ubica el mirador de los arcos, el monasterio de la Ascensión y el monasterio de Santa Teresa.





El palacio Ducal es sin duda el edificio más imponente de Lerma. Fue construido en 1617 en estilo herreriano en el lugar que ocupaba el antiguo castillo medieval y presidiendo la Plaza Mayor. Hoy es parador de turismo.



José Zorrilla y Moral, autor de Don Juan Tenorio, pasó parte de su juventud en Lerma. Una escultura del poeta y dramaturgo, sentado en un banco, enfrente de la Iglesia Colegial recuerda su estancia en la ciudad.

No pensábamos dedicar tanto tiempo en nuestra parada de descanso pero Lerma lo mereció. Llegamos a Torrelavega, ciudad en la que estratégicamente íbamos a alojarnos, más tarde de lo previsto, y ese día solo tuvimos tiempo para visitar Puente Viesgo.





Por este municipio discurre el río Pas que es el mejor coto salmonero de Cantabria y tiene además un balneario cuyas aguas tienen fama de ser buenas para el corazón. 
Desde la parte inferior de su peculiar puente hay un acceso al río que ofrece un bonito paseo.




BACERNA MAYOR, CARMONA, CUEVA DEL SOPLAO Y PLAYA DEL PECHÓN 
Nuestro segundo día de viaje estuvo dedicado a dos pueblos que destacan por su arquitectura tradicional, la cueva del Soplao y un ratito en un pueblo de la costa cántabra llamado Pechón.
Barcena Mayor se sitúa en una pequeña vega del río Argoza en el que pudimos sofocar el intenso calor que hacía ese día. Rondaban los 40 grados, unas temperaturas impensables en Cantabria.

El tipo de casa más característico de Barcena responde al modelo de casa montañesa, de dos plantas y con soportal.





Otro pueblo que conserva la arquitectura típica del interior de Cantabria y un ambiente tranquilo es Carmona.




Por la tarde visitamos la Cueva del Soplao. Un tren minero nos trasladó, a través de una galería, hasta una estación interior y a partir de allí realizamos un circuito a pie por diversas galerías y salas para contemplar las magníficas formaciones geológicas. El entorno constituye un enclave con espléndidas y profundas vistas sobre la Sierra de Peña Sagra, Los Picos de Europa y el valle del río Nansa.







Terminamos el día en Pechón, el último pueblo costero del occidente cántabro. La península de Pechón abarca toda la zona delimitada entre la Desembocadura del Río Deva y la Desembocadura del Río Nansa y cuenta con algunas de las playas más secretas y bonitas de Cantabria. Nosotros nos detuvimos en la de Amió





SANTANDER


El segundo día lo dedicamos a la capital, Santander.
La zona más popular de la ciudad y de la costa de Santander es El Sardinero. Hay que recorrer este paseo marítimo para maravillarse con sus vistas y sus playas.
 

Durante este recorrido vimos el majestuoso Gran Casino en la Plaza de Italia, creado en 1916. 



La Península de la Magdalena es una de las joyas más preciadas de la ciudad de Santander. La entrada principal a este gran parque se encuentra en la segunda parte de la Avenida Reina Victoria. En la cumbre de la península, en una explanada, está el emblemático Palacio de la Magdalena, con unas increíbles vistas del paisaje.




Para recorrer la parte de la bahía tomamos el Paseo de Pereda y desde allí cogimos un barco para hacer un recorrido por mar desde el que divisamos desde otra perspectiva la Magdalena, el Hotel Real, el Faro, las playas de Somo o del Puntal y el centro de Arte Botín.





Desde allí pasamos a callejear por el centro de Santander hacia la Catedral, la Plaza Porticada, la Iglesia del Sagrado Corazón,...
La catedral de la Asunción de Nuestra Señora es principalmente gótica, construida entre finales del siglo XII y XIV sobre el antiguo monasterio.  



La Plaza Porticada surge tras el incendio que asola la ciudad de Santander en 1941 y es de estilo Neo- herreriano.



De una gran belleza es la Iglesia del Corazón de Jesús. Construida en 1890, su arquitectura presenta un estilo neogótico.








Para terminar el día y antes de irnos a nuestro alojamiento nos dirigimos a Suances y dimos una vuelta por el Paseo Marítimo, paralelo a la Playa de la Concha.

POTES Y FUENTE DÉ
En el cuarto día de nuestra visita a Cantabria cambiamos del mar a la alta montaña dirigiéndonos a Fuente Dé para coger el teleférico y subir al Cable desde donde hicimos una ruta de senderismo que nos ofreció espectaculares imágenes de los Picos de Europa.













Por la tarde visitamos Potes, localidad situada en la comarca de Liébana y que conserva mucho encanto en sus callejuelas y caserones (la mayoría con blasones). Potes es conocida como la villa de los puentes (de ahí su nombre) y de las torres. De manera especial destacan la del Infantado y la de Orejón de la Lama, ambas del siglo XV.





Esta vez pasamos de largo de una visita al Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en la localidad de Camaleño y de la Iglesia de Santa María de Lebeña que ya conocíamos de un anterior viaje pero que recordamos y recomendamos sin duda, sobre todo Santa María de Lebeña que es uno de los templos más importantes e interesantes de la arquitectura cristiana altomedieval. (Las imágenes son de ese viaje anterior).





PARQUE DE CABÁRCENO Y SANTOÑA

Estamos en el quinto día de viaje. Mucha gente nos había recomendado el Parque de Cabárceno y como en nuestra anterior incursión en Cantabria no lo habíamos visto nos decidimos a visitarlo.

El Parque de la Naturaleza de Cabárceno es un espacio naturalizado por la mano del hombre a partir de una zona de  paisaje kárstico en la que había una explotación minera a cielo abierto. La vida de los animales que habitan en Cabárceno  se desarrolla en un ambiente bastante natural y nosotros lo recomendamos para visitarlo con niños. Valoramos positivamente el carácter didáctico que tiene el parque, las exhibiciones de vuelo de rapaces y las vistas desde los telecabinas.




Por la tarde nos fuimos a Santoña pues si algo promociona Cantabria son sus anchoas. El puerto santoñés ha sido históricamente uno de los más destacados de Cantabria y desde él hicimos otro recorrido en barco.








SAN VICENTE DE LA BARQUERA, COMILLAS Y SANTILLANA DEL MAR

Dejamos para el último día tres pueblos de especial interés y tuvimos que sumarle la mañana siguiente, ya de partida, porque el tiempo se nos hizo corto para abarcar todo lo que nos ofrecían.
San Vicente de la Barquera es un pueblo marinero situado en el Parque Natural de Oyambre, en la desembocadura de la Ría de San Vicente de la Barquera. 
Es una villa histórica, con un importante pueblo pesquero y un casco antiguo de origen medieval con varios edificios históricos como la Torre del Preboste, del siglo XIII y construida en la misma muralla actuando de fortaleza y peaje, el Palacio de los Corro, la Iglesia de Santa María de los Ángeles o el Castillo del Rey que cierra la muralla de la antigua villa medieval.









Comillas es una villa muy interesantes desde el punto de vista arquitectónico pues cuenta con varios edificios de estilo modernista como el Palacio de Sobrellano, la Capilla Panteón y el Capricho de Gaudí.

El palacio de Sobrellano, de estilo neogótico, fue diseñado por Martorell y Domenech i Muntaner. 














La Capilla Panteón de los Marqueses de Comillas es el primer edificio modernista que se construyó en Comillas. 




El Capricho es uno de los pocos edificios diseñados por Gaudí fuera de Cataluña.
Las cerámicas de flor de girasol le dan un toque extraordinario a su fachada.




Por encima de todo el pueblo domina la antigua Universidad Pontificia un mega edificio diseñado también por el arquitecto catalán Lluis Domènech i Montaner en estilo neogótico-mudéjar modernista.

La plaza vieja, la iglesia parroquial y algunas casas del centro de la villa son una excelente muestra de arquitectura popular del siglo XVIII




Visitamos también el cementerio pues está situado en las ruinas de una antigua ermita gótica y su portada del ángel se ha convertido en todo un icono del cementerio.




Santillana del Mar es una localidad con un gran valor histórico-artístico y alberga bonitos tesoros arquitectónicos, siendo la Colegiata de Santa Juliana el edificio más representativo y la joya más importante del románico en Cantabria. Tuvimos que volver al día siguiente para visitarla por dentro porque ya llegamos tarde y no podíamos perdérnosla.










La Plaza Mayor de Santillana del Mar y sus calles conforman uno de los lugares más pintorescos de Cantabria





SANTO DOMINGO DE SILOS
Al salir de Lerma en el primer día de viaje vimos las indicaciones a Santo Domingo de Silos y aunque no lo teníamos programado nos atrajo la idea de visitar el Monasterio a la vuelta y así cumplimos con nuestro propósito aunque ya sumábamos también el tiempo dedicado a la Colegiata en Santillana.
Sin duda, mereció la pena.  El claustro románico del Monasterio de Santo Domingo de Silos es una joya. Sus columnas, los bajorrelieves, los detalles de los capiteles, el artesonado del techo… todo el conjunto es precioso.