Hay ciudades que para un fin de semana resultan inabarcables y que te invitan a seguir visitándola en más ocasiones. Es el caso de Sevilla, que nos dejo con ganas de más pues hubo cosas que no pudimos visitar, entre ellas el Parque de María Luisa y la Plaza de España que estaban cerradas por inclemencias metereológicas. Conocíamos ya la ciudad de excursiones anteriores en la infancia y la juventud, cuando todavía no aprecias bien todo el valor y el encanto de la ciudad y esta vez nos sorprendió muy agradablemente.
El día de llegada, como ya era tarde nos sirvió para ir ambientándonos a la ciudad que empezaba a preparar la Semana Santa.
La calle Sierpes y el barrio de Santa Cruz son lugares que transitamos varias veces, de día y de noche. De allí a la plaza Nueva, donde se encuentra el Ayuntamiento.
Y el contraste del Sevilla moderno con el Metropol Parasol conocido como las Setas, una estructura en forma de pérgola de madera y hormigón ubicada en la plaza de la Encarnación.
Según se dice en la película My Fair Lady, "la lluvia en Sevilla es una maravilla" salvo si estás de turismo y tienes que hacer colas o visitar parques.
El día amaneció nublado y a ratos la lluvia nos impidió disfrutar de nuestros paseos.
Volvimos al barrio de Santa Cruz que es el que cuenta con algunos de los principales atractivos de Sevilla. Ya desde el patio de Banderas se divisa la catedral y el Real Alcázar
Después de mojarnos un poquito pasamos a la Catedral. La catedral de Sevilla tiene una gran mezcla de estilos arquitectónicos: almohades, góticos, barrocos y renacentistas.
El Palacio Arzobispal desde la Giralda y su portada que está considerada una de las mejores del barroco sevillano.
En la catedral se encuentra el sepulcro de Cristóbal Colón.
La Giralda, que es la torre y campanario de la catedral, se construyó a semejanza del alminar de la mezquita de Marrakech.
El Real Alcázar es una de las visitas que nos quedan pendientes porque teníamos que esperar mucho y el día no acompañaba, por tanto seguimos nuestro camino acercándonos al Guadalquivir.
Edificios que llamaron nuestra atención en este paseo fueron la Universidad de Sevilla que se encuentra en el edificio industrial más importante de España en el siglo XVIII, la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla.
El majestuoso Hotel Alfonso XIII.
Y el edificio del Palacio de San Telmo, de estilo barroco y que alberga la sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía y para visitarlo se requiere una reserva previa.
Una visita que nos gusto mucho y nos parece muy recomendable es el Museo de Bellas Artes pues tiene una buena colección de pintura barroca ( Zurbarán, Murillo,...)
En 1839 se escoge de entre varios edificios conventuales desamortizados , el convento de la Merced para convertirlo en museo.
La fachada principal presenta una portada barroca que hasta 1945 era la de acceso a la iglesia del convento.
El interior se articula alrededor de tres patios comunicados y la Iglesia, situada en uno de los extremos del convento.
En la jornada siguiente el tiempo estuvo más compasivo ( no llovía pero por viento seguía cerrado el parque de María Luisa) y pudimos hacer un buen recorrido. Dicen que en Sevilla solo hace falta levantar una piedra para encontrarte con una iglesia. Y a eso dedicamos el día, a ver algunas de las más relevantes, aunque es imposible verlas en un fin de semana.
Comenzamos con la Basílica de la Macarena. Era sábado y , como en otras iglesias en ese día, había una boda. Pero aun así disfrutamos del ambiente de ese templo neobarroco que alberga la imagen de la Macarena.
Las siguientes iglesias fueron la Basílica del Cristo del Gran Poder y la iglesia de San Lorenzo, situadas una junto a la otra en la Plaza de San Lorenzo.
La Basílica de Jesús del Gran Poder se edificó para acoger la imagen de Jesús del Gran Poder y dar cabida a la gran devoción que le profesa el pueblo de Sevilla
Fue en 1960 cuando se inició el proyecto de edificación que tiene un acabado clásico que se ve perfectamente en la portada con una mezcla de elementos renacentistas y barrocos.La iglesia de San Lorenzo fue construida en el siglo XIV, en estilo gótico-mudéjar, pero las posteriores reformas de los siglos XVIII y XIX alteraron bastante el estilo primitivo de la iglesia.
A comer nos fuimos al Mercado de Triana que tiene variedad de puestos de restauración y después recorrimos el barrio de Triana, situado en la orilla este del río Guadalquivir.
En este barrio también se encuentran muchas iglesias de interés como la iglesia de Santa Ana, conocida como la catedral de Triana, y que es de estilo gótico.
La torre es de tipo mudéjar, rehecha en el siglo XVI.
O la Capilla de los marineros donde se encuentra la venerada imagen de Nuestra Señora de la Esperanza.
Frente a la iglesia de Santa Ana llaman la atención algunos edificios como la Casa de Las Columnas que ahora acoge un centro cívico.
Y para despedir la tarde, visitamos el interior de la Iglesia del Salvador, una de las grandes joyas arquitectónicas de Sevilla. Destaca el retablo mayor de estilo barroco.